Estas obcecada, en que tras cada tronco, cada paso que avanzas a gran velocidad por ese bosque oscuro y vacío, hay un precipicio. El cual significa el fin de algo, de ese bosque, de tu bosque. Necesitas tener mejor visión para poder meditar sobre ese obcecado precipicio, por ello decides poner distancia entre tus pies y la tierra que les rodea, esa es la razón de subir a lo más alto de uno de esos troncos de los que huyes; y lo ves claro, tan claro como cada pájaro que sobrevuela el cielo azul. No hay ningún precipicio. Y entonces pasa, pasa que lo entiendes todo, entiendes porqué buscabas ese precipicio como una desesperada por un trozo de pan, y es que no soportabas el hecho de estar sola sobre ese oscuro bosque, tan inocente y tan agresivo para ti. Lo mismo pasa con la vida, a veces necesitas poner tierra de por medio para poder comprender que es lo que ocurre a tu alrededor y ver una solución adecuada. Muchas veces nos convencemos de algo sin siquiera habernos molestado ...