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Mostrando entradas de noviembre, 2016

Que vengan y que se vayan cuando deban.

Piensas que nunca va a cesar, esa decepción, esa angustia, esa culpa cuando sin embargo sabes que has pedido perdón por lo que debías, has aprendido de tus errores y has hecho lo correcto en cada momento.  Pero entonces te aclaras, y entiendes que hay personas que forman parte de tu vida por un tiempo, pero no para siempre. Cuando porfin las echas de tu vida es cuando realmente vives, disfrutas y conoces a gente que realmente merece la pena. La gente tiene que venir y se tiene que ir y si no se va, echala. 

Mil caminos, tú eliges cuál.

Ella llora. Llora desconsoladamente. Se ha dado cuenta. Cuenta de algo que no quería. Quería pensar que no se había involucrado. Involucrado sentimentalmente. Sentimentalmente lo había hecho.  No sabía parar y quería hacerlo, pero no se había dado cuenta de que no solo había un opción, sino miles. Pero adecuadas a su caso y situación había dos. Estaba la que ella veía como única; olvidarlo, olvidar aquel amor de verano que le devolvió la luz arrancada en el invierno anterior, pero por otro lado, también había otra, más difícil; conquistarle, conquistarle como él lo había hecho sin ella pretenderlo ni quererlo. Estaba decidida, había entendido que en la vida nunca hay solo un camino. Y ella decidió el suyo.