Piensas que nunca va a cesar, esa decepción, esa angustia, esa culpa cuando sin embargo sabes que has pedido perdón por lo que debías, has aprendido de tus errores y has hecho lo correcto en cada momento. Pero entonces te aclaras, y entiendes que hay personas que forman parte de tu vida por un tiempo, pero no para siempre. Cuando porfin las echas de tu vida es cuando realmente vives, disfrutas y conoces a gente que realmente merece la pena. La gente tiene que venir y se tiene que ir y si no se va, echala.