Ella llora. Llora desconsoladamente. Se ha dado cuenta. Cuenta de algo que no quería. Quería pensar que no se había involucrado. Involucrado sentimentalmente. Sentimentalmente lo había hecho.
No sabía parar y quería hacerlo, pero no se había dado cuenta de que no solo había un opción, sino miles. Pero adecuadas a su caso y situación había dos. Estaba la que ella veía como única; olvidarlo, olvidar aquel amor de verano que le devolvió la luz arrancada en el invierno anterior, pero por otro lado, también había otra, más difícil; conquistarle, conquistarle como él lo había hecho sin ella pretenderlo ni quererlo. Estaba decidida, había entendido que en la vida nunca hay solo un camino. Y ella decidió el suyo.
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