Comprensión. Eso es lo que buscamos. Que cuando lleguemos a casa malhumorados tras un día interminable de clases haya alguien ahí que nos comprenda, que sepa que la vida de un trabajador es dura, intensa y agobiante, pero que la de un estudiante también. Algunas personas no saben o no recuerdan lo que es tener que levantarse cuando aún es de noche, tras una madrugada de desvelos por nervios debido a un examen, una presentación... sentir las sábanas pegadas a tu cuerpo susurrándote al oído que lo que necesitas son unas vacaciones de una hora, media hora, o cinco minutos más descansando, mientras que tú conciencia te dice que te levantes de la cama y sigas persiguiendo tus metas. No solo seguir persiguiendo tus metas, sino complacer a tus padres. No soy de esas personas que piensan que hay que estudiar para complacer a los padres, no me refiero a eso, me refiero a que todos sabemos que no hay mayor satisfacción que la de un padre o una madre viendo como sus esfuerzos plantando semillas ...