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Mostrando entradas de diciembre, 2016

Arriesgarse.

Todos seríamos capaces de dejar cosas por algo que creemos que merece la pena. Dejaríamos de bailar bajo la lluvia para dar ese dulce beso a la persona con la que compartimos tal momento. Dejaríamos una obligación por algo propuesto. Seguramente también dejaríamos atrás el dolor pasado por llenarnos de nuevas esperanzas e ilusiones.  Dejaríamos en la almohada todos los lastres de nuestra mente para obtener cuerdas que tiren de nosotros.  Expiraríamos en tan solo unos segundos todo lo que llevamos dentro y en otros pocos segundos rebosaríamos nuestros pulmones de aire fresco y nuevo. Quizá incluso dejaríamos ese "No me importa" para dar paso a un "Me importa. Me importas". Pero es más fácil aferrarse a la comodidad de lo que ya tenemos y no aferrarse a todo lo que podríamos tener solo con cambiar nuestro miedo a perder.

Y ahora pregúntate, ¿qué tipo de persona eres? ¿Qué tipo de persona quieres ser?

No existen las personas marcadas por un pasado trágico, existen las personas que no son capaces de superar.  No existen las personas a las que les gusta tener cierta libertad, existen las personas que no se atreven a compartir.  No existen las personas que ya no creen en el amor, existen las personas que basan todo en el amor, de una manera u otra. En esta vida no existen motivos por los cuales no quieras arriesgarte a tener todo y perderlo, existen las excusas. En esta vida hay dos tipos de personas: las que quieren y las que no, y querer es poder. Si no quieres y te va bien la táctica de echar un polvo a las seis de la mañana con una chica de la que ni recordarás, ya no solo su nombre, sino cómo iba vestida, adelánte, si tras doce horas te sigues sintiendo como el mismo tio duro de la noche anterior, claramente no quieres querer, te va lo simple y lo que nunca durará más de medio día. Si por el contrario eres de querer, de los que tras echar el mejor polvo de tu vida luchas ...