Dejas de centrarte en lo malo, en los problemas y en las desilusiones. Entonces comienzas a ver la vida de otro modo, a mirar las cosas buenas, la gente que sigue ahí, los momentos buenos que al estar fijándote en lo bueno de la vida, se convierten en mejores. La vida es soñar. No entiendo esa gente que dice que no hay que soñar, que hay que hacerlo. Señores, para hacer algo, primero hay que pensarlo y soñarlo, eso hace que lo desees con todas tus fuerzas, y que como consecuencia, lo intentes y lo logres. Yo creo en los sueños, creo en el deseo de las cosas, y permitanme que les diga que funciona.
¿Cómo aceptarlo?, ¿cómo?. Para que no duela, para no sufrir, para no hacer sufrir, para poder seguir adelante. La gente constantemente habla de miedo, de miedos superables; miedo a la oscuridad, superable. Miedo a los espacios reducidos, superable. Miedo a los animales, superable. Miedo a perder a alguien, insuperable. Eso es realmente un miedo, saber que hay una persona con la que has compartido vida, momentos increíbles, graciosos, llenos de aventura, de risas, de adrenalina, de tristeza, de peleas, de superaciones, de luchas, de un sin fin de cosas y que queda poco tiempo, muy poco. Saber que te quedarán mil cosas por hacer, por decirle, por enseñarle, bueno, por que te enseñe, por que te vea aprender. Que vea tu primer amor, tu primera vuelta en coche, tu graduación, tus actuaciones, tus bailes y tu voz irónicamente afinada al cantar. Ese es uno de los grandes miedos de esta vida, que además no se puede controlar. Esa desesperación por saber que harías cualquier cosa por evita...
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