A veces la vida te lleva a cometer errores, a hacer cosas sin sentido, a no pensar en los demás y ser egoísta.
Con esto no quiero decir que pensar en uno mismo esté mal, está mal si piensas solo en ti, sin importarte los demás, pisando sus sentimientos.
Sin querer solemos hacer cosas que pueden ser convenientes para uno mismo, pero que si lo pensamos fríamente, nos damos cuenta de que hay más gente alrededor a la que le afecta nuestro acto o decisión.
Esos actos o decisiones solemos tomarlas en un momento delicado, no pensamos con claridad, y por consecuencia no pensamos en nuestras personas cercanas. Incluyo la primera persona porque a todos los seres humanos nos sucede, de una manera u otra, pero nos sucede.
Cometemos estupideces constantemente, unas de más calibre que otras y siempre nos damos cuenta tarde. Sabes de qué estoy hablando si cuando te digo que pienses en algo que hayas hecho que a día de hoy te arrepientas, te vienen cientos de cosas a la cabeza. Seguramente la mayoría de esas cosas no las volverías a repetir porque en consecuencia herirías a alguien cercano y querido.
Tenemos que pensar las cosas varias veces, y no ser tan impulsivos. Cada decisión cuenta, para ti y para todos.
Comentarios
Publicar un comentario