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Quédate, por favor.

Y te dan ganas de mandarlo todo a la mierda. ¿A quién no?
Recuerdas todo lo que quieres que vuelva a ser, y no puedes, es imposible.
No quieres que acabe, no quiere que se vaya, no quieres seguir pasándolo mal, pero es imposible.
Duele, como jamás te ha dolido algo, incluso te impide respirar, el pensar que se te acaba el tiempo, que se le acaba.
Cuando estas bien en el fondo no lo estas, peleas con alguien y todo se derrumba. Escuchas canciones que te recuerdan a él y no puedes dejar de llorar.
Ese miedo al perder a alguien a quien quieres con todo tu corazón, de las pocas personas a las que realmente quieres y que darías tu propia vida por ellas. Suplicarías que no se fuese, y quieres convencerte de que tienes que superarlo, dejar que se vaya, pero no puedes.
Y te preguntan como estas, y te sale el fingir, quieres parecer fuerte, incluso intentas hacerte fuerte, pero ¿a quién quieres engañar? 
Admítelo, estás hecha una mierda, todo te hace llorar, no tienes ganas de nada, y mucho menos de luchar.

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