Y podría intentarlo, dar el paso y con un poco de suerte ser feliz. Podría ser fuerte, valiente y dar el paso. Podría entonces buscar algo en un sitio que me atrae de una manera inmensa y dar el paso. Por poder podría dar el paso, pero, ¿y si es pronto?. ¿Y si no soy lo suficiente fuerte y valiente para ello?. ¿Y si por consiguiente no encuentro nada en aquello que me atrae inmensamente?. ¿Y si no llego a ser feliz como esperaba?. Pero, ¿entonces?, ¿como sabría que estoy viviendo?. La vida es arriesgarse, ganar, perder, ser feliz, infeliz. La vida es arriesgarse.
¿Cómo aceptarlo?, ¿cómo?. Para que no duela, para no sufrir, para no hacer sufrir, para poder seguir adelante. La gente constantemente habla de miedo, de miedos superables; miedo a la oscuridad, superable. Miedo a los espacios reducidos, superable. Miedo a los animales, superable. Miedo a perder a alguien, insuperable. Eso es realmente un miedo, saber que hay una persona con la que has compartido vida, momentos increíbles, graciosos, llenos de aventura, de risas, de adrenalina, de tristeza, de peleas, de superaciones, de luchas, de un sin fin de cosas y que queda poco tiempo, muy poco. Saber que te quedarán mil cosas por hacer, por decirle, por enseñarle, bueno, por que te enseñe, por que te vea aprender. Que vea tu primer amor, tu primera vuelta en coche, tu graduación, tus actuaciones, tus bailes y tu voz irónicamente afinada al cantar. Ese es uno de los grandes miedos de esta vida, que además no se puede controlar. Esa desesperación por saber que harías cualquier cosa por evita...
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